a different cup.














Un partido comienza con ruedas de prensa, al igual que acaba.
En la previa, ambos entrenadores, Mou y Pep, intentaron quitar polémicas entre ellos, el claro ejemplo del 'special' que limitó a decir.: “ni él ha ganado la Champions ni yo la UEFA este año.”
Seamos claros, este pique entre ambos viene por su etapa en la Liga, Barcelon y Madrid hacen que grandes entrenadores se enfrenten de manera que nunca harían en otros equipos, eso es una pena, pero siempre ha sido así.

Aún así, se vio un Bayern hambriento, muy hambriento, pero un Chelsea luchador con contraataques letales, que llegaron al primer gol de la marca España. Aquí el delantero español que tantas polémicas ha creado, demostró que le queda mucho en esta vida por enseñar al fútbol.
Se vieron contraataques ingleses que se enfrentaban a 3 defensas alemanes ante 4 ingleses que iban a por todo.
Pero, nada más llegar la 2a parte, el chico que le ganó a Messi y Cristiano, lo hizo todo, chuta, marca y va como loco a gritarle en la cara a Guardiola, quien mientras le coge del cuello.
Pep, sacó a aires frescos, juventud, Gotze y J. Martínez al haber marcada Hazard el desempate, e la prórroga.
Se vio de todo, estrategas alemanes-catalanes, interesante combinación contra los imprevistos ingleses-portugueses.
Entonces, de repente, todo se para y la historia se vuelve a repetir, el equipo de Mou se queda con uno menos, se acuerda, de todo lo que se puede acordar.
Este señor, no se rinde aunque a veces de la sensación, ahora ya no solo animaba a sus jugadores, sino que pedía el aliento inglés, quería más y como grandes del fútbol que son los ingleses no fallaron y se vinieron más arriba.
Llegaba el final de la prórroga, con un 2-1 para los ingleses, cuando todas las camisetas habitan pasado a trajes de guerra, manchadas de sudor, tierra y sucede que llega el grande de España, que se pone de delantero y lo hace incluso mejor que de lo suyo, y en el lugar exacto, momento exacto un golpecilllo ajustado con su zurda y vuelve a apuntar el empate.
Todos descolocados, penaltis, una piña alemana vs. Una selva inglesa.
La suerte fue echada y ahí acabó para los ingleses, todo sucedió como un destino que parecía escrito, pero que alguien tuvo el valor de cambiarlo.


A la post-rueda de prensa, solo se vio unos entrenadores dados a sus equipos y encantados, y como siempre unos más contentos que otros.

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