Like a Bull.


"Andar al más estilo torero"

"Querer más, sin pestañear. Fácil"
Una lesión, ¿cómo se podría definir? Habrá miles de definiciones para los médicos. Pero para los deportistas es completamente diferente a cómo todos estos la podrían definir.  Para estas personas inhumanas, una lesión querrá decir, un sacrificio, dejar lo más valioso, incluso intentar fingir para no dejarlo, aunque al final siempre habrá que decir verdad, a causa de lo peor. Cuando sientes ese pinchazo que te indica que estás al límite, que o acabas con eso o eso acabará contigo; en ese momento fue en el que se vio Rafael Nadal, la historia del tenis español y mundial.  
El mismo Rafa que ha pasado por odiosos momentos cuando ganaba todo, cuando estaba en lo más alto, y nada le hacia bajar. Ese mismo que tuvo que aprender a conducir por ganar títulos. Este chico que ha ganado miles de títulos individualmente pero que como español, nos ha dado momentos valiosos como el oro de Pekín 2008 y la Davis de 2011. Pues este que a unos días antes de empezar los juegos de 2012, las olimpiadas británicas, lo más esperado del año, deseando verlo, deseando verse a él mismo ahí cogiendo ese mástil de casi 2 metros con su bandera, nuestra bandera, como representante absoluto de ella; dio el comunicado de alarma en el que decía que no podía seguir, que no llevaría esa bandera, que no estaría para ganar la medalla de Oro, que volvería, pero primero debería recuperarse; dejó a millones de personas y al planeta entero sin respiración. Fue la noticia del día, nadie sabía si seria verdad, o sería un rumor de tantos. Hasta que se vio el comunicado de él mismo, en el que se transmitía pena, dolor e incluso odio y amor propio a la vez. Se exponía a miles de criticas: “el pupas” o “vaya flojera de tío”, pero él supo lo que hacía junto con su equipo, pero también se odiaba porque ha llegado hasta donde ha llegado por todos esos fieles a él, y a los que dejó con unas olimpiadas aburridas, sin sentimiento y amargas.

Muchos pensaban que era esa la última banderilla que le clavarían, de la que ya ningún toro se puede levantar. Entonces fue cuando su rodilla derecha dijo ese "¡VAMOS!" tan usual en este deporte...


...Después de 8 meses, de preparación física, pero más fuertemente psíquica, en la que ha sufrido cuál perro en su jaula, deseando salir de ella. Aguantó cuál fiera en un zoo y salió cuál toro avistando tanta sangre como sudor. Salió e hincó el cuerno donde nadie lo hace, sorprendiendo con nuevas maniobras letales, sacándole los ojos a cualquiera que se acercase. En Indian Wells, situado en California, donde en tiempos atrás los búfalos y todos sus antecesores dominaban el terreno y era la mejor manera de demostrar quien valía y tenía el dominio de las TIERRAS, el lugar donde este toro de raza española, ha mostrado el potencial adquirido. Ahora solo queda esperar, a si llega a la final con la liebre serbia, la que corre y golpea como una estrella en todo su esplendor.

El espectáculo está servido, y los animales hambrientos, a cuál de ellos más.

Y por cierto, aún nos queda mucho Rafa en las pistas, pero el día que se vaya, algo dentro, interior de los que amamos el deporte se nos vaciará para siempre.

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